Llegué a Aarhus, la segunda ciudad de Dinamarca, de noche. Bajé del bus en la terminal, y antes de ir al hostel que quedaba a unas 15 cuadras, quise ir al baño. Pero otra vez lo mismo, tenía que pagar. Tenía que cuidar mi riñón, pero también mi bolsillo. Dinamarca dista mucho de ser barato, […]