Llegamos al hostel de Montañita tipo 12 de la noche, después de un viaje interminable. Habíamos recorrido un poco el lugar en el auto, porque no encontrábamos el hostel y la primera impresión fue muy buena. Calles peatonales, mucha gente en la calle, todos jóvenes, la mayoría de fiesta.
Cruzamos un puentecito y ahí nomás doblamos a la izquierda. Resultó que el hostel estaba cerrado porque ya era muy tarde. Nos queríamos morir. Mientras intentábamos sacar la traba de la reja que rodeaba el hostel para poder entrar y golpear la puerta de la recepción, nos sentimos un poco «observados» por dos chicos que estaban sentados en un pilar en la oscuridad, atrás nuestro, mirándonos.
De repente nos hablaron y emergió una marcadísima tonada cordobesa. Me acerqué a hablar con ellos y súper buena onda nos ofrecían fernet y otras cosas. Nosotros lo único que queríamos era poder dejar las valijas y estar más cómodos, después de 12 horas de viaje en auto, pero nos quedamos charlando un rato. Resultaron ser re buena onda y nos contaron que estaban viviendo en Montañita y que el pueblo estaba llenos de cordobeses y argentinos, cosa que íbamos a comprobar al día siguiente.
De tanto ruido que hicimos tratando de forzar la reja, se despertó una de las chicas que trabajaba en el hostel, nos abrió la puerta (en realidad era re fácil de abrir pero no supimos hacerlo) y nos dio la llave de la habitación. El conductor se fue a dormir porque estaba reventado y los otros 3 nos fuimos a dar una vuelta al centro.
Estábamos muertos de hambre, así que fuimos directo a buscar algún lugar para comer. Terminamos en un bar, comiendo una pizza en una mesita en la calle. De ahí dimos una vuelta rápida y fuimos directo al lugar que nos pareció que tenía más onda, Caña Grill. Estaba bastante lleno, la música era excelente y nos quedamos bailando un rato en el lugar, danzando descalzos en la arena. Dejamos nuestras zapatillas a un costado y bailamos entre la gente, una experiencia muy linda. Había gente de todo el mundo, se escuchaban como mínimo 5 idiomas distintos en el boliche, muy bueno!!
Nos fuimos a dormir temprano porque al día siguiente queríamos recorrer lo máximo posible.
Nos levantamos temprano y fuimos directo a la playa. En el camino pasamos por el centro y vimos de día la gran variedad de colores que tienen sus construcciones y el estilo «playero» de las mismas. En la calle está lleno de puestos de artesanías, rubro del cual vive gran parte de su población.
El deporte por excelencia de las playas de Montañita es el surf. Hay varios lugares donde alquilan tablas y dan clases para los todos los niveles. Muchos de estos «profesores» de surf son argentinos que fueron de vacaciones, se enamoraron del lugar y se quedaron a vivir el «estilo de vida Montañita». La playa es linda, lo único malo es que la mayoría del tiempo está nublado, según nos comentaron varias personas. Por suerte el agua es súper calentita, me hizo acordar un poco al caribe, aunque el color no es tan espectacular.
Fuimos a comer algo a un restaurant a unas cuadras de la playa y dimos una vuelta más para el pueblo, antes de volver nuevamente a la playa.
Estábamos tomando mate en la playa y cuando se nos acabó el agua, uno de mis amigos se fue hasta el hostel (3 cuadras) a buscar más agua. Queríamos caminar hasta la punta de la playa, pero como mi amigo no volvía, nos quedamos en el mismo lugar esperando.
Jugamos un partido de beach voley contra unos locales que se hacían los picantes, aunque nos pintaron la cara. Cuando le pedimos revancha, no quisieron, no eramos lo suficientemente buenos para jugar con ellos. Me quedé indignado. Yo soy súper competitivo desde que jugaba al básquet. Pero bueno, estábamos de vacaciones y en un lugar caracterizado por la buena onda; así que nos quedamos tranquilos disfrutando de la arena.
Como nuestro amigo no volvía y ya habían pasado más de dos horas, nos preocupamos un poco y fuimos a buscarlo. El tipo estaba durmiendo en una hamaca paraguaya, relajado, sin ningún drama. Mientras esperaba que el agua se caliente, se acostó en la hamaca y se quedó re dormido. Lo queríamos matar pero la situación fue muy graciosa.
Al volver a la playa vimos un cartel de los guardavidas de Montañita que nos dio mucha gracia: «Escape de la resaca». En Argentina «resaca» significa el estado posterior a una borrachera, cosa que suele suceder todas las noche en Montañita; pero en este caso hacía referencia a las corrientes del mar.
Más tarde nos fuimos a caminar por la playa hasta que se termina, en el Surf Point Montañita y nos sacamos unas fotos en las rocas. Ahí nos cruzamos con una pareja norteamericana con la que nos quedamos hablando un rato.
El lugar es tan chico que uno se cruza la misma gente todo el tiempo, en la playa, en el boliche, en las calles empedradas, en los bares, etc. Después nos fuimos a dar una vuelta por el pueblo y mientras caminaba por la calle, escuché la tonada cordobesa nuevamente varias veces. Uno de ellos era un gringo, súper rubio, con pelo largo que vendía artesanías y vivía ahí. Charlamos un ratito.
Se hacía de noche y decidimos partir. Habíamos reservado dos noches y pensábamos salir al día siguiente bien temprano en la mañana para llegar a horario a tomar el vuelo a Quito. Pero como en el viaje de ida desde Quito a Montañita habíamos tardado tanto, decidimos salir antes y parar en algún pueblo intermedio para acortar el viaje de vuelta.
Elegimos Portoviejo. A 2:30 hs de Montañita. Reservamos una habitación de un hotel barato y salimos a la tarde-noche para allá. Esta vez manejé yo y lamentablemente no pudimos ver el increíble paisaje de la Ruta de Sol por la intensa neblina que había (a la ida no la pudimos ver bien porque era de noche). Manejamos esos 140 km y finalmente llegamos al pueblo de Portoviejo.
Era un hotel viejo. Al auto lo guardaron en un estacionamiento que quedaba re lejos del hotel y no había ascensor por lo que tuvimos que subir 4 pisos de escaleras con todas las valijas sólo por una noche. Nos avisaron que era medio peligroso y por eso salimos sólo para comprar algo para comer. Como ya era muy tarde, no encontramos nada abierto y no nos sentimos muy seguros.
La gente de la recepción nos recomendó pedir unas pizzas por teléfono y accedimos. Resultó ser la pizza más fea del mundo. Era extremadamente dulce. Estamos casi convencidos de que en lugar de salsa de tomate le pusieron alguna mermelada, era incomible. Igualmente yo tenía tanto hambre que comí varias porciones. Nos acostamos a dormir. Nos esperaba un largo viaje al día siguiente.
Arrancamos bien temprano. Como todavía no había empezado el «servicio» de desayuno en el hotel, agarramos un par de panes antes que armen todo y nos subimos al auto para salir bien temprano. El viaje fue normal, sin ningún inconveniente hasta que llegamos a Quito.
Al entrar a la capital de Ecuador no había forma de que encontráramos el camino hacia el aeropuerto. No podíamos encontrar la ruta y para colmo no teníamos gps. Teníamos tiempo de sobra, pero nos metimos en rutas equivocadas mínimo 8 veces y se nos consumía el tiempo. Finalmente, le cruzamos el auto a un bus y los chicos se bajaron en pata en medio de la ruta a preguntarle al chofer. El señor nos dijo: sigánme!, así que los chicos se subieron al auto y arrancamos rápido. Menos mal que hicimos eso, porque había que desviarse de esa ruta en la primera salida a la derecha, a sólo 50 metros. Nunca lo hubiéramos podido hacer solos. Finalmente, gracias a sus indicaciones llegamos a tiempo al aeropuerto y pudimos tomar nuestro vuelo de vuelta a Argentina.
Fue un viaje de locos, casi 20 horas en dos días para estar un sólo día en Montañita, pero valió la pena totalmente. Aunque nos quedamos con ganas de más.
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santiago dice
hace tiempo que tengo ganas de ir a montañita pero nunca consegui Vuelos a Ecuador baratos.. tengo que fijarme con tiempo y reservar.
seria un viaje increible
Ale dice
Estoy por viajar a Montañita en una semana y me encantó leer esto. Muy graciosa y detallista tu historia. Me alegro que hayas tenido una linda experiencia. Que garrón lo de la pizza. Y tú amigo durmiendo en la hamaca fue lo más.
Francisco Ortiz dice
Gracias Ale! Eran épocas donde contaba hasta el último detalle jaja éxitos en el viaje!!
Marjorie dice
Vuelos a Guayaquil, dos horas a la Provincia de Santa Elena, 20 minutos a Montañita. Nada de pizza, pedir mariscos, hay variadas preparaciones, por todo lugar hay restaurants. Bienvenidos…..
Francisco Ortiz dice
Gracias por las recomendaciones y buena onda Marjorie!
CLAUDIO RETAMALES PEREIRA dice
jaja buenisima la hisotoria, me motivan mucho mas a ir a Montañita, saludoos
Leonides dice
Excelente expresión, mucha gracias por compartir tu experiencia. Estamos por viajar y mi pareja cumple años justo ahí. Algún lugar para recomendarme? Ese día nos gustaría hacer de todo desde recorrer hasta terminar en algún lugar para bailar.
Francisco Ortiz dice
Hola! La verdad que fui hace varios años y el lugar ha cambiado y crecido, te recomiendo que solo busques un lugar donde dormir y después, una vez que estén allá, le pregunten a los locales. Ellos suelen tener las mejores recomendaciones.
Buen viaje y saludos desde Tailandia!