Después de dos semanas extremadamente agotadoras de trabajo, teníamos un fin de semana de vacaciones, para descansar un poco. Ya estábamos hartos de tanta oficina y cemento, así que aprovechamos para escapar a la playa. Sin conocer mucho y estando en Quito, decidimos ir hasta Montañita.
Yo la verdad es que ni siquiera había escuchado de este lugar pero al parecer esta de moda entre el público joven y es súper conocido. Mis amigos me lo recomendaron mucho y entonces hacia allá partimos. Buscamos como llegar desde Quito hasta Montañita y planificamos el viaje.
Hicimos el check out del hotel y nos fuimos hasta el aeropuerto a alquilar un auto, porque dos días después lo íbamos a devolver ahí. La verdad es que por armar todo a las apuradas no nos dimos cuenta que el aeropuerto quedaba hacia el lado contrario (el oeste) que la ruta para Montañita (hacia el este). Pero bueno, fuimos hacia allá en taxi y nos demoramos mucho en el aeropuerto hasta que nos dieron el auto. Conclusión: terminamos saliendo hacia la ruta a Montañita al mediodía.
El auto que alquilamos era un Nissan Versa, chiquito, pero bueno, eramos 4 personas y entrábamos bien. Por ahorrar unos pesos decidimos no alquilar un gps, nos confiamos en los gps de los celulares, cosa que no terminó siendo una muy buena idea. Al auto lo sentíamos medio «achanchado», pero creímos que era porque es chiquito, eramos 4 y estábamos llenos de valijas. Hasta que en una curva, en subida, en medio de la nada, se quedó el auto y se paró completamente. No arrancó más!
Nos queríamos morir! Estaba lleno de autos y camiones atrás nuestro y más que venían de frente en una ruta de dos carriles (uno de ida y uno de vuelta). Para colmo en medio de una curva, y en subida, por lo que no veíamos a los que venían de frente. Nos bajamos del auto (un peligro) y nos dividimos en dos. Un grupo empezó a caminar por la banquina hasta encontrar algún lugar para llamar al auxilio y el otro se quedó al lado del auto y desviando el tráfico (para colmo los ecuatorianos eran unos locos manejando).
Yo fui de los que salió caminando a buscar algo. De repente nos damos vuelta para ver si seguía todo bien con el auto, y vemos una camioneta de auxilio parada al lado de nuestros amigos. Volvimos corriendo. No sabemos de dónde salió, pero le pedimos por favor que nos lleve. Por ley, como era un auto alquilado no nos podía auxiliar, pero aceptó llevarnos hasta la estación de servicio más cercana. Enganchó el auto y en el primer intento el auto se trabó y se cruzó en el medio de la ruta, un peligro!
En la segunda oportunidad todo salió bien y nos dejó al costado de una estación de servicio. Le dimos unos dólares (moneda de curso legal en Ecuador) por el favor.Como no teníamos celulares con roaming, no podíamos comunicarnos con el auxilio de la empresa de alquiler de autos. Le rogamos a los playeros de la estación que nos prestaran el celular y accedieron muy amablemente. Como estábamos en el medio de la nada, la señal no era muy buena, por lo que tuvimos que llamar varias veces para coordinar el auxiliio.
No podíamos creer lo que nos había pasado. Esperando el auxilio. |
Por suerte vino rapidísimo, y como nuestro auto no arrancaba, nos trajeron otro nuevo. No perdimos ni un segundo, le dimos uno dólares por el favor a la chica que nos prestó el celular, y continuamos con el viaje. Estaremos eternamente agradecidos al del auxilio que nos alcanzó y los de la estación de servicio de Chigüilpe que nos ayudaron.Retomamos la ruta y seguimos. El camino era muy interesante, lleno verde por todos lados, naturaleza por donde se mire. En algunos momentos me hizo acordar a Kauai por el verde exuberante y una que otra cascadita al costado de la ruta, y por otros momentos a el Road to Hana de Maui, por las cantidad de curvas en un camino súper verde.
Como no llevábamos gps, nos perdimos varias veces. Una de las veces terminamos en un barrio muy humilde, que no aparentaba ser muy seguro; en otra ocasión nos desviamos como 30 km para la dirección contraria hasta que nos dimos cuenta y pegamos la vuelta. Llegamos a la conclusión de que los ecuatorianos ponen los carteles demasiado tarde, en el mismo lugar que hay que doblar y no dejan tiempo para hacer la maniobra.
Y la conclusión más importante: nunca salir sin gps si no conocen el camino.El camino desde Quito hasta Montañita que hicimos fue: al sur por la E35, al oeste por la E20 hasta santo Domingo, después E382 en la misma dirección, E38 para el suroeste hasta Chone, E383 hacia el sur hasta Portoviejo, E30 en la misma dirección, y finalmente E15 bordeando la costa hasta Montañita. Camino larguísimo que suele durar alrededor de 8 horas pero que terminamos haciendo en 12 (por la rotura del auto y los desvios).
Llegamos a las 12 de la noche a Montañita, perdimos todo el día en el viaje, pero la verdad es que lo disfrutamos mucho. Lo que importa no es el destino, sino el viaje, el camino; y yo lo disfruté mucho, a pesar de los contratiempos. Como hicimos para pasar el tanto tiempo en el auto?
Además de admirar el paisaje, fuimos manteniendo charlas muy interesantes sobre temas polémicos como: religión, aborto, despenalización de drogas, política, ideologías, relaciones interpersonales, etc. Nos estábamos conociendo y pasamos el tiempo con las típicas conversaciones controversiales que se tienen en los viajes con desconocidos, en este caso con compañeros de trabajo que se estaban conociendo.
Llegamos y no encontrábamos el hostel. Bajamos a a preguntar a la gente y nadie lo conocía, ya era de noche y cada uno estaba en la suya, disfrutando y divirtiéndose con amigos. Finalmente nos indicaron bien, y después de cruzar un puentecito y meternos en una calle de tierra, que era 100% barro, llegamos a la puerta del hostel, alrededor de las 00:30. Nuestro día no terminó ahí.
Qué hacer en Montañita, Ecuador: el Pueblo Buena Onda, Relajado, Bohemio, Hippie y Viajero
Tati dice
Toda experiencia suma! Definitivamente llegamos a una Montañita por un camino único e irrepetible…
Me encantaría saber qué tal fue el regreso después de semejante osadía?? 😉
Francisco Ortiz dice
El regreso fue más tranqui, paramos en Portoviejo a dormir, y además manejé yo jajaja. Igual al entrar a Quito nos perdimos varias veces y llegamos de casualidad a tiempo la aeropuerto.