Primera vez que viajo en un crucero y la verdad es que la experiencia fue increíble. Para algunos puede parecer obvio, pero es como estar en un hotel, con todos los servicios incluidos, pero que va cambiando de ubicación para poder conocer muchos lugares. En esta oportunidad fue un viaje familiar en el crucero «Majesty of the Seas» de la empresa Royal Caribbean que salió de Miami y duró 4 días.
El crucero salió a la tarde, pero teníamos que estar 3 horas antes (igual que un vuelo internacional) para hacer todos los tramites. Terminamos con una tarjeta personal en mano que servía para entrar a la habitación, como todo hotel, pero que además funcionaba para comprar cosas.
Grata sorpresa fue saber que apenas entramos al barco, estaban sirviendo comida buffet en uno de los restaurants. Las valijas, por otra parte, fueron llevadas hasta la puerta de la habitación por alguien de la tripulación. El servicio a lo largo de todo el crucero fue excelente, en gran parte debido a la enorme cantidad de personal que había. Un empleado cada tres huéspedes (alrededor de 1000 y 3000), para totalizar aproximadamente 4000 personas. Un verdadero pueblo en movimiento.
Salimos del puerto de Miami y, extrañamente, hacia frío. Pero aprovechamos las primeras horas para explorar el barco. Había atracciones y entretenimiento a toda hora y por todos lados, increíble. Todo estaba muy organizado y todos los días nos entregaban en la habitación un cronograma completo de las actividades del día siguiente, muy detallado y muy útil.
Llegó la hora de la cena y en este caso era «a la carta», así que mucho más organizado y de mejor nivel que el buffet. Todos los días nos tocaría la misma mesa, en el mismo horario, y con el mismo camarero y el mismo asistente. Nos fuimos a dormir al camarote que, si bien no era muy grande, era lo suficientemente cómodo para poder descansar de toda la actividad diurna. Siempre estaba en excelentes condiciones y muy limpio, gracias al encargado de nuestra habitación que era súper atento.
Amanecimos en Nassau, la capital de Bahamas. Desayunamos buffet en el piso 11 (existía también la opción de desayuno a la carta) y nos apresuramos a bajar en el puerto. No habíamos contratado ninguna excursión. Queríamos ir viendo sobre la marcha las distintas alternativas.
Apenas bajamos, se nos acercaban gran cantidad de personas ofreciendo distintos tours, pero rechazamos todos porque habíamos estudiado el lugar la noche anterior, sabíamos que hacer. Caminamos mucho por la ciudad hasta el puente, para cruzar a Paradise Island, cruzamos y llegamos al famoso hotel Atlantis. Es una construcción gigante con muchísimas atracciones, de las cuales a la mayoría se puede acceder sin hospedarse en el hotel, pero pagando un «fee» de ingreso según en lo que estemos interesados. Bastante caro. Incluye el acceso a playas privadas, un parque de agua y algunas atracciones dentro del hotel. Parte del hotel se puede recorrer gratis y al lado de toda esta construcción hay una playa publica muy buena a la cual fuimos.
Volvimos caminando hasta el puerto (camino muy largo), que incluye cruzar el puente entre las dos islas, accediendo a vistas increíbles de todas las embarcaciones en el mar, y que nos permite ver al verdadero Nassau (bastante pobre), más allá de lo que podemos conocer en algún tour. La verdad es que no hay muchas cosas interesantes para hacer en Nassau, algunos edificios históricos, pero nada del otro mundo.
En el puerto, buscamos alguna excursión de snorkel y regateamos hasta conseguir una buena rebaja. Nos llevaron en un barquito hasta una isla privada paradisíaca. En el camino nos mostraron las mansiones de famosos estadounidenses (Tiger Woods, Michael Jordan, Clinton, Oprah, Chuck Norris, etc.) que compraron allí, y después nos recogió otro barquito que nos llevó hasta un lugar especial para hacer snorkel. Estuvo maravilloso, estaba lleno de peces de distintos colores.
Hicimos snorkel por media hora, y después nos regresaron a la islita para descansar alrededor de una hora, hasta nos dieron una gaseosa durante la estadía.
Más tarde nos devolvieron al puerto de Nassau, todo eso por solo 30 usd, increíble. En el puerto hay varios negocios que venden souvenirs y snacks y hasta tienen wifi. Al final del día volvimos al barco a cenar, y a dormir.
El siguiente día el barco atracó en la isla privada de Cococay. Toda la isla era para los huéspedes del barco, todo estaba armado para disfrutar al máximo de la estadía. Playas increíbles, muchísima oferta de actividades y el servicio de comida del barco se trasladó a la isla. Decidimos relajarnos en las reposeras de Barefoot Beach, una playa muy larga que tiene como 400 metros hasta que la profundidad del mar pasa de un metro y que está llena de peces, muy lindo.
Más tarde recorrimos la isla y averiguamos los precios de las distintas atracciones. Hasta había una pequeña feria donde se vendían souvenirs y artesanías en la isla.
Como habíamos hecho snorkel el día anterior, decidimos hacer una excursión en un barco con piso de vidrio para ver la fauna y flora marina. El guía era muy simpático, dimos una vuelta a la isla y después nos detuvimos en un lugar especial para poder ver muchas cosas abajo del barco. Para completar el tour nos mostraron varios «bichos» vivos que recién habían recolectado, nos dieron una descripción de cada uno y finalmente mataron a un caracol enorme y nos dieron de probar. Estaba muy rico!
Finalmente fuimos a otra playa a relajarnos y caminamos por un sendero con vegetación tropical que atravesaba parte de la isla. Volvimos al barco, pileta, cena y recepción del capitán, show acrobático y a dormir.
Día 4. Me levante temprano para ver el amanecer, fui a desayunar al buffet, y de ahí me fui al gym. Hacer bicicleta o caminadora con una vista panorámica del océano realmente es increíble.
Llegó el barco a Key West y bajamos a recorrer. La ciudad, que es parte de Estados Unidos, está más cerca de Cuba que de Miami. Es aquí donde llegaban los cubanos en balsa intentando escapar de su país. Una foto clásica es la que la gente se saca con el monumento al punto más al sur de todo Estados Unidos.
El pueblo es muy pintoresco y está lleno de historia, su arquitectura es muy interesante. Hay muchos tours para recorrer el cayo, varios de ellos en trolleys. Duvall street es la calle principal y donde están ubicados todos los negocios interesantes para ver.
De vuelta en el barco, nos encontramos con que habían importantes rebajas en las tiendas del crucero, así que fuimos a ver. Todas las tardes, los días que había que volver al crucero temprano, íbamos a comer pizza y sandwiches a los locales del piso 12, muy buenos. Entretenimiento en la pileta, bailes, shows, casino, había actividades para todos los gustos.
Al día siguiente amanecimos en el puerto de Miami, la experiencia había terminado y la sensación era de haberla disfrutado inmensamente. Seguro lo volveremos a repetir. Nos esperaba un shuttle para llevarnos hasta el aeropuerto a retirar el auto que habíamos alquilado para seguir el viaje. De ahí nos fuimos manejando hasta Naples (al otro lado de la Florida, sobre la costa del Golfo de México).
Existen muchas compañías de cruceros, de la única que me hablaron mal es de Carnival, yo no tengo experiencia en este tipo de viajes, pero varios conocidos coincidieron en que esta empresa no era muy buena. Hay distintas calidades y niveles, pero Royal Caribbean es muy barata y muy buena, seguramente hay varias mejores, pero la relación precio-calidad es excelente.
fran dice
Hola Fran!<br />Vi tu blog porque su nombre es casi como el de mi blog, Y como si ya no fuesen pocas las similitudes me encuentro con este crucero que es el mismo que voy a hacer yo el próximo mes de Noviembre, jaajjaaja.<br />Enhorabuena por tu blog y me sirvió mucho este post para tener una mejor idea de como va a ser mi crucero,<br />Un saludo !!!
heberth dice
hola frank excelente tu relato de viaje . hay dos puentes por cual de ellos pasa uno gracias
Francisco Ortiz dice
Gracias Heberth!