De compras en Ciudad del Este, Paraguay

Rara. Compleja. Informal. Diversa. Rápida. Comerciante. Desorganizada. Creciente. Activa. Sorpresiva. Así encontré a Ciudad del Este y puedo seguir. Muchos opinan, pocos la conocen. Se dice de todo (más que nada cosas negativas). Les cuento mi experiencia de un día de compras en Ciudad del Este, Paraguay.

La verdad es que la ciudad no estaba en mis planes. Lo único que me interesaba de la Triple Frontera era visitar Las Cataratas del Iguazú. Ya había recorrido el lado argentino por mi cuenta, y crucé al lado brasilero con Gino, un amigo de mi hermano. Él es experto en Ciudad del Este (va hace 10 años con la familia a hacer compras), y en esta oportunidad tenía que ir a comprar un celular. Me preguntó si lo quería acompañar, y la verdad es que la ciudad me despertaba mucha curiosidad, así que acepté.

Al día siguiente desayunamos temprano en el hostel en Foz do Iguaçu y fuimos a tomar el colectivo para cruzar a Paraguay.

Después de unos 15-20 minutos el bus se llenó de gente. Cuando llegamos al puente que une ambos países, el tráfico era muy intenso (estaba lleno de camiones),  y no avanzábamos. Algunos se bajaron al inicio del puente. Nosotros esperamos un poco, pero igual nos bajamos en el medio de la ruta y cruzamos el puente caminando.

Me sorprendió la falta de control. Pasamos de Brasil a Paraguay caminando sin ningún tipo de control, sin hacer ningún trámite, nada.

La mayoría de la gente cree que todo lo que se vende en Ciudad del Este es falso, pero en realidad hay de todo. Cosas buenas, cosas más o menos, y cosas malas. La clave está en saber a qué tiendas ir, y Gino la tenía muy clara.

Si bien nos habían recomendado un par de lugares, fuimos directo a su lugar de confianza. No se imaginen una gran tienda, o algo muy prolijo. Era más como una tienda de una galería del centro de alguna ciudad grande. Pero de confianza. Y eso, en Ciudad del Este, es lo más importante.

Hubo que negociar, comprar algo similar a lo que Gino quería inicialmente, y controlar todo; pero terminamos con un producto original por un precio más barato que en Estados Unidos. Valió la pena.

Lo que no es recomendable es comprar en la calle. La ciudad es un gran mercado. Miles de tiendas en la calle y decenas de shoppings y galerías en unas pocas cuadras. Hay de todo, se puede conseguir cualquier cosa. Literal. Cualquier cosa.

Pero lo importante es saber dónde comprar y para eso no hay mejor consejo que hablar con los locales. Hablen con la gente, pregunten. Pero no en Ciudad del Este, porque ahí son todos vendedores, todos a comisión. Pregunten en Foz o en Puerto Iguazú. Toda la gente que vive en esas ciudades hace las compras en Ciudad del Este regularmente.

Una cosa curiosa es que casi todos los vendedores son trilingües. Pero no de esos que saben 2-3 palabras en varios idiomas. Son trilingües en serio. Manejan el español, el portugués, y el guaraní a la perfección. Es más, a veces hablan en guaraní entre ellos para que no se les entienda.

Lo único que no me gustó mucho del lugar fue que algunos de los vendedores de la calle o de puestos en la calle me agarraron el brazo un par de veces. Gino ya me había advertido que  todo el mundo me iba a querer vender algo, que todos te ven como una billetera con patas. Me había dicho que los ignorara y listo, que no pasaba nada. Y eso hice. Pero admito que la primera vez que me agarraron el brazo, me asusté un poco. La segunda ya estaba más tranquilo. Y después ya no pasó más.

Cruzar la calle era toda una aventura. El tráfico era de locos. Nadie respetaba nada y manejaban bastante fuerte. No nos animamos a cruzar a Paraguay en moto-taxi, pero un amigo de Puerto Iguazú nos lo recomendó. Es algo que hay que hacer al menos una vez en la vida nos dijo. Quedará para la próxima.

En un momento salimos de la avenida principal y fuimos adentrándonos en las callecitas internas. El ruido era menor, pero la calidad de las construcciones y de los negocios disminuía notablemente.

Gino, flamante arquitecto, me iba haciendo ver las deficiencias en los edificios y sus instalaciones. Todavía no fui al Sudeste Asiático, pero por las fotos que vi y lo que he leído, me lo imagino parecido.

En un momento Gino me dijo que fuéramos a un shopping que se llamaba Mona Lisa. De repente entramos en una isla en el medio de Ciudad del Este, un oasis. Un shopping de mucha categoría, con todas marcas de primer nivel, nada que envidiarle a un shopping de primer mundo. Mucha seguridad, menos gente, precios más altos obviamente.

Ese mall es la fiel muestra de que en la ciudad hay de todo. Es más, desde una de las ventanas se veían varias palmeras y detrás justo había un edificio moderno todo espejado. Por un momento creímos estar en Dubai. En uno de los pisos había un músico tocando jazz en vivo con un saxo, y en el resto del edificio se escuchaba Il Divo. Muy paquete todo.

Nosotros solo usamos el shopping para ir al baño. Estaba impecable, pero tuvimos que subir los 5 pisos hasta el final.

En el negocio de confianza de Gino preguntamos dónde podíamos comer algo bueno y barato. Terminamos en un segundo piso de un edificio que se caía a pedazos, comiendo comida árabe muy buena por 5 dólares cada uno.

Mientras comíamos, pasaron con cientos de playstations, celulares, etc. Se puede comprar cualquier cosa en Ciudad del Este, pero sobre todo tecnología barata. Yo me contuve y no compré nada.

Dimos un par de vueltas más y finalmente fuimos a tomar el colectivo para volver a Foz do Iguaçu. A la vuelta no nos bajamos en el cruce de frontera (legalmente nunca estuvimos en Paraguay). Recién nos bajamos a unas cuadras del hostel, ya en Brasil.

Ir a Ciudad del Este fue una aventura. Derribé mitos y prejuicios. Voy a volver. Casi seguro. Por las dudas, ya hice los contactos de confianza.

La próxima les cuento cómo me va.

¡Hasta entonces!

 

Si tienen alguna duda o consulta me pueden dejar un comentario más abajo o contactarme por Facebook, Twitter o Instagram.

 

Si necesitan seguro de viaje, les recomiendo IATI que es el que me pareció más serio y confiable de los que he tenido hasta ahora. Además les doy un descuento en este link:

Y para reservar alojamiento en Ciudad del Este o en cualquier otro lado, les recomiendo Booking o Airbnb (crédito de regalo).

 

Algunos de los enlaces en este artículo incluyen enlaces de afiliados. Esto significa que si compras o reservas siguiendo estos enlaces no tendrás ningún costo extra y yo recibiré una comisión que me ayuda a seguir compartiendo mis experiencias para que más gente se anime a salir de su zona de confort y hacer lo que le gusta.

Nunca recomiendo un producto/servicio únicamente basado en su comisión.