En esta oportunidad el viaje fue con amigos y a un hotel all inclusive, muy distinto a lo que venía haciendo yo hasta ese momento. Llegué desde Hawaii (donde había estado en hostels, explorando al máximo las islas). Si ya se, yo tampoco puedo creer todavía el viaje que hice.
Apenas bajé del avión ya me sentí en Latinoamérica nuevamente. Todas las personas se me acercaban a querer venderme algo, adentro del mismo aeropuerto. Por suerte, mis amigos me habían contratado los traslados hacia el hotel, así que una persona me buscó y me llevó hasta la zona hotelera. En ésta área, a 20 minutos del aeropuerto, es donde están ubicados la mayoría de los mejores y más grandes hoteles.
A Cancún se puede llegar por AeroMéxico, Copa o Lan desde América del Sur y por American Airlines desde Estados Unidos. Cancún es un destino turístico muy visitado por los americanos, por lo que la mayoría de las cosas están orientados a los gustos «yankees». La ciudad es un destino muy popular para la fecha de «Spring Break» (receso de primavera de las universidades en Estados Unidos). Los americanos menores de 21 van a descontrolarse, aprovechando que en México se puede consumir alcohol a partir de los 18 años.
En Estados Unidos se puede manejar un auto legalmente a los 14 o 16 (depende del estado), se puede comprar un rifle a los 18, ir a la guerra a los 18, pero para tomar alcohol hay que esperar hasta los 21. Ridículo! No se puede ir a un boliche o discoteca hasta los 21! Es bastante entendible que se crucen a México para ir de fiesta.
Mis amigos llegaban un poco más tarde (venían desde Argentina), así que hice el check in y empecé a disfrutar de los servicios del hotel. Íbamos a festejar nuestra graduación con este viaje! Eramos cuatro licenciados en administración recién graduados. Yo sabía que mis amigos no tienen el espíritu de viajero que tengo yo, por lo que apenas llegué a Cancún me puse el «chip de turista» para estar en la misma sintonía. Por suerte me dejaron hacer el check in apenas llegué, era mediodía y en general se hace después de las 15 horas.
Fui a dejar mi carry on a la habitación y cuando abrí la puerta me encuentro con un viejo semi desnudo (no es chiste). Le empiezo a pedir disculpas en inglés (había visto que todos eran americanos a mi alrededor) y el señor no me entendía nada. Unos segundos después me habla con la tonada bien porteña y yo me relajo y le pido disculpas en castellano. Bajé al lobby, y le dije al recepcionista que la habitación ya estaba ocupada, que si me podía dar otra. El chico se quería matar, yo ya estaba relajado, para mí era una anécdota, nada grave. Gracias a eso, nos dieron habitaciones en el último piso (el 15), con una vista magnífica del mar.
Al estar de turistas, no exploramos mucho, sino que aprovechamos al máximo las amenities del hotel. Mientras esperaba que llegaran mis amigos, fui a recorrer las instalaciones. Sin dudas lo que más me sorprendió fue el color del agua. Es un turquesa transparente muy impactante, más fuerte que el de Bahamas. Aunque las piletas del hotel eran muy bonitas, fui directo al mar. La arena era súper finita, parecía polvo.
Los dos primeros días básicamente estuvimos dentro del hotel. Playa, sol, mar, pileta, mucha comida, tragos, muchísima gente, shows, más comida, boliche dentro del hotel y a dormir. Relajados al máximo. Pero estaba terminando el segundo día y ya era demasiado descanso, yo quería conocer, recorrer. Era mi primera vez en la Península de Yucatán y yo quería salir a explorar.
Esa misma noche salimos a dar una vuelta por la ciudad, cruzamos la calle hacia un mall donde vendían un poco de todo y nos querían encajar cualquier cosa, la gente parecía desesperada por vender. Después de unos segundos se daban cuenta de que éramos argentinos y desistían un poco. Buscaban enganchar a los americanos que usualmente van y gastan una fortuna. Nosotros, en plena época de cepo cambiario, cuidábamos hasta la última moneda.
Resultó que una de las personas que se nos acercó vendía excursiones turísticas. Después de regatearle un poco el precio, terminamos comprando una excursión para el día siguiente a Chichen Itza. Justo era el día del equinoccio de primavera, que es todo un acontecimiento en ese lugar. El tour incluía los traslados, una parada en un cenote (una especie de caverna o pozo natural donde se forma una gran pileta de agua dulce), una parada en un pueblo maya, almuerzo y la visita a Chicen Itza. Todo por 30 dólares, lo cual nos pareció muy barato.
Después hablando con la gente del mismo bus, nos dimos cuenta que todos habían pagado precios distintos, desde 25 dólares hasta casi 100 los europeos y americanos. Siempre que se compran los tours en el hotel salen más caros. Los mismos tours se venden en todos lados, nunca hay que comprarlos en la calle, porque pueden ser falsos, pero adentro de algún mall ya transmiten más seriedad y son muchos más baratos. Hay que regatear todo, siempre se consiguen descuentos!
Compramos la excursión pero seguimos recorriendo un poco la noche de Cancún. Conversamos con varios relaciones públicas de los boliches para ver los precios de las entradas y cómo funcionaban. Al estar en plena época de Spring Break, todo lo relacionado con la vida nocturna era mucho más caro. Ese día no salimos a bailar porque sabíamos que el día siguiente iba a ser largo y queríamos aprovechar la excursión.
Nos levantamos bien temprano, preparamos nuestras cosas y fuimos al punto de encuentro del tour. Subimos al bus y la mayoría de la gente hablaba español. Nuestro guía era muy informativo y muy divertido por lo que pasamos un muy buen momento en el viaje hasta que llegamos a la primera parada: el cenote Hubiku. La verdad es que estuvo muy bueno, éste no era a cielo abierto como son algunos, pero sí tenía un gran agujero en el «techo» por donde entraba un haz de luz que reflejaba en el color verde del agua. Nos metimos un rato y el agua estaba helada, sacamos unas fotos y salimos a visitar el museo del tequila que había afuera.
Subimos al bus y seguimos con el recorrido. Pasamos por el pueblo de Valladolid (bastante pintoresco, aunque no nos bajamos del bus) y por plantaciones de agave, que es la planta con la que se fabrica el tequila.
Finalmente, alrededor del mediodía, paramos a comer en un complejo al costado de la ruta. Había un negocio enorme de todo tipo de souvenirs relacionados a la cultura maya, con precios no muy baratos (estaba todo armado para el turista) y atendido por gente maya. Entre ellos hablaban su propio idioma y se distinguían por ser muy bajitos, de piel oscura y por la vestimenta muy colorida de las mujeres. Los hombres vestían todo de blanco.
Recorrimos los negocios, tomamos muestras gratis de tequila y mezcal (bebida típica del lugar, bastante más fuerte que el tequila) y fuimos a comer. Mientras comíamos una pareja bailaba música maya buscando conseguir propinas. Es increíble como tratan de exprimir el bolsillo de los turistas, todos venden algo.
Terminamos de comer y finalmente fuimos a las ruinas de Chichen Itza. La verdad es que la pirámide (Templo de Kukulcán) es imponente. El guía nos dio un tour por las ruinas más importantes, nos contó un poco más de la historia de la cultura maya y después nos dejó un par de horas para que recorramos libremente el lugar.
Hicimos un recorrido general por el Templo de los Guerreros y las Mil Columnas, el complejo del «juego de la pelota» y el Cenote Sagrado.
En una parte de éste lugar también nos «asfixiaron» los vendedores tratando de engancharnos algo.
Era un día súper especial en Chichen Itza. El día del equinoccio, en este caso era el de primavera. El sol proyecta una sombra en las escaleras que forma 7 triángulos. Ésta sombra se creía que era una serpiente, el dios Kukulcán, que bajaba del templo. En la parte baja del templo, la sombra se une con una cabeza de serpiente construida en piedra. Estuvimos como una hora esperando para el momento justo donde la forma de serpiente es perfecta y se une a la cabeza, pero cuando faltaba poco, el cielo se nubló y la sombra desapareció. La verdad no me pareció nada del otro mundo. Estaba lleno de gente el lugar, todos esperando por ese fenómeno. Pero es lo mismo visitarlo en cualquier momento del año, no es algo que valga la pena.
Terminó la excursión y habíamos planeado un horario para juntarnos e irnos todos juntos en el colectivo. El tour estaba dividido en dos buses, uno para los que hablaban inglés y otro para los de habla hispana. El lugar estaba lleno de gente, demoramos mucho en esperar a todas las personas del bus, los anglosajones una hora y nosotros como 2 horas. Para variar menos puntuales. Yo estaba indignado, hablaba cada 5 minutos con el guía para que nos fuéramos, no podía ser que demorara dos horas a 40 personas por un estúpido que llega tarde. Pero obviamente estábamos en Latinoamérica, llegar tarde no es un problema, no es una falta de respeto. Es más, el guía se jactaba de nunca haber dejado a nadie atrás, que siempre había esperado. Yo estaba muy enojado.
Volvimos al hotel a dormir bastante tarde. Los dos días que siguieron volvimos a hacer «vida de resort»: pileta, playa, mar, jacuzzi, mucha comida y actividades del hotel. Para esa altura, ya nos habíamos hecho amigos de dos brasileras, dos chilenas y una argentina que estaban en el mismo hotel. La segunda noche salimos todos juntos a una fiesta en la playa.
La entrada era cara, pero el alcohol era ilimitado y teníamos nuestra mesa con nuestras botellas, aunque los mozos, acostumbrados a los americanos, siempre pedían propinas. La fiesta era un descontrol, la mitad de la gente terminó en una de las piletas que había en el complejo. La música era genial y estaba lleno de gente. Muy buena!
Al día siguiente dormimos hasta tarde para recuperarnos y nos levantamos para comer y recargar energía porque esa noche salimos a Coco Bongo, el mejor boliche del mundo. Por todos lados lo promocionaban como lo mejor de lo mejor, es más, el slogan decía que era mejor que los espectáculos de Las Vegas. No se si tanto, pero como boliche estuvo increíble.
En realidad la mayor parte de la noche es un show dinámico, con muchísimos artistas en escena, imitaciones, acrobacias, cotillón muy variado, luces y excelente música. Muy divertido! La mejor forma de describirlo es que es una mezcla de Cirque du Soleil con un musical, con un espectáculo de imitaciones. Si van a salir en Cancún, no pueden dejar de ir a Coco Bongo, y sí, sale caro, pero vale la pena hasta el último centavo. Aprovechen para tomar antes del show, porque durante el espectáculo no van a poder sacar sus ojos del escenario y la pantalla.
Tip: hay varias chicas que van caminando por el boliche ofreciendo tragos «iluminados», y como el boliche es todo incluido, muchos acceden, y en realidad esos tragos hay que pagarlos aparte. Cuidado! Cuando terminó el show, mucha gente se fue y las chicas norteamericanas se apoderaron del escenario y algunas se volvieron re locas. Spring break las vuelve locas!
Al día siguiente, de vuelta nos levantamos tarde y nos quedamos disfrutando de las amenities del hotel todo el día. Ese día nos acostamos temprano porque teníamos planeado ir a Tulum al día siguiente.
A la mañana nos tomamos un colectivo para ir hasta la terminal y ahí compramos pasajes directo a Tulum. En lugar de tardar una hora y media, el colectivo tardó como 3 horas porque paró en todos los pueblos que había en el camino. Finalmente cuando llegamos, apenas nos bajamos del bus, se nos acercaron los vendedores. En principio los usamos para sacarles más información, pero no pudimos con la tentación y terminamos reservando un tour para hacer snorkel esa misma tarde. Igualmente le regateamos el precio y se lo bajamos más de la mitad.
Entramos en la zona arqueológica de Tulum, sin saber mucho con que nos íbamos a encontrar. La verdad es que las ruinas no son tan impactantes como las de Chichen Itza, pero el paisaje es hermoso. Las ruinas están al lado del mar y el color del agua es turquesa.
Lo recorrimos todo y salimos del parque hasta llegar a la playa donde habíamos contratado el tour. Salimos en un barquito a mar abierto y había muchos peces, pero el mar estaba muy movido y la visibilidad no era muy buena.
Terminó el tour y nos tomamos un taxi (que pagamos con un billete que habíamos encontrado en la playa) hasta la terminal. Allí tuvimos que esperar como 30 minutos, que aprovechamos para dar vueltas por el pueblo. No había mucho para hacer, pero se apreciaba la tranquilidad en comparación con la ciudad de Cancún. Llegó la hora y tomamos el bus para ir a Playa del Carmen, a mitad de camino de Cancún.
Como nos estábamos hospedando en un hotel que tenía uno de la misma marca en Playa del Carmen fuimos directo al hotel, para usar el «all inclusive» ahí, y comer. La mayoría de los hoteles que pertenecen a cadenas grandes, están en varias ciudades y hasta varios en la misma ciudad. Si preguntan en su hotel, lo más probable es que les dejen usar los servicios de los hoteles de la misma cadena y categoría en otros lados.
El hotel al que fuimos quedaba en la zona de Playacar. Eran las 6 de la tarde y como habíamos estado dando vueltas todo el día no habíamos comido nada. Llegamos desesperados y nos comimos todo lo que encontramos. Recorrimos el hotel, fuimos a la playa y después de unos minutos oscureció: ya era hora de volver a Cancún.
Fuimos hasta la terminal de Playa del Carmen y sacamos los boletos. Como teníamos que esperar dimos una vuelta por la Quinta Avenida, una calle peatonal llena de comercios, restaurantes y hoteles. Estaba repleta de turistas. Sacamos varias fotos hasta que se hizo la hora de la salida del bus.
Llegamos muy tarde a Cancún y yo estaba muy cansado. Los chicos igualmente salieron a bailar a Palazzo, un boliche muy conocido de Cancún. Yo opté por quedarme y descansar porque el viaje seguía pero en Miami.
Cancún estuvo muy bueno como viaje de amigos. Es un lugar ideal para los jóvenes que busquen salir de fiesta y pasarla bien, sobre todo en Spring Break. Pero tienen que recordar que van a estar en una ciudad. Si van en familia o buscan más tranquilidad, yo les recomiendo Tulum o Playa del Carmen. En mi ranking está primero Tulum, después Playa del Carmen y por último Cancún. Igualmente los tres destinos tienen playas muy bonitas.
Le Binxee dice
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Bethsabé dice
Esta información es correcta!! Es excelente para realizar todo tipo de actividades que se disfrutan mejor al aire libre y en un clima como sólo la Riviera Maya nos puede ofrecer. Además, una de las actividades más encantadoras es snorkelear con las especies marinas que existen, como estas tortugas:
http://aquaworld.com.mx/snorkel-con-tortugas-y-tours-de-buceo-en-la-riviera-maya/
Norma dice
En que hotel te hospedaste en Cancún ?
Francisco Ortiz dice
En el Riu Cancún, no es de lujo, pero está muy bueno!
Ruzitah dice
amigo te hace falta mirar un mapa politico, mexico esta en Norteamerica, no en Centroamerica.
Francisco Ortiz dice
Amigo, la verdad es que me confundí gracias por la recomendación. Igual te cuento que el criterio para definir la delimitación de estos sub continentes no es tan exacta o universal. La mayoría sí considera a México como Norteamérica, pero por ejemplo un organismo internacional como la ONU, lo considera dentro de Centroamérica. Y si estudias los continentes en un país angloparlante, vas a ver que Centroamérica no existe, el continente americano se divide sólo en 2. Desde Canadá hasta Panamá, todo es Norteamérica. Pareciera que en lo único que estamos todos de acuerdo es que desde Canadá hasta Tierra del Fuego, todo es América. Cuando visite mi tercer continente, pasaré a ordenar de esa forma el blog.
Saludos!