Dicen que no soy cordobés

Nací en Córdoba Capital, la segunda ciudad más grande de Argentina. Soy cordobés. Hasta los 20 viví en Córdoba y de los últimos 7 años viví casi la mitad en mi ciudad. Pero no fue sino hasta que me mudé a Buenos Aires que empecé a recibir comentarios de que no era cordobés por tal o cual cosa que debería ser o hacer y que no cumplía.

Para seguir con el tema de las etiquetas y los prejuicios he realizado una lista de las características con la que (fundamentalmente los porteños) identifican a los cordobeses. No cumplo con la mayoría de ellas pero está claro que eso no me hace menos cordobés que otra gente.

 

No tengo el típico acento cordobés

O al menos no tan marcado. Me subo a un taxi en Buenos Aires y a los 10 segundos saben que soy de Córdoba. Muchos de ellos tienen un don especial para identificar «extranjeros» y después estafarlos. Pero la mayoría de la gente no identifica mi acento y el de Córdoba es muy particular. Ni hablar si hace mucho que no estoy en mi ciudad. Los acentos (inclusive en otros idiomas) se me pegan muy rápido. Cuando estaba viviendo en Buenos Aires e iba a visitar a mi familia y amigos en Córdoba me decían porteño o se reían de mí por la forma de hablar.

No soy gracioso

No soy una persona que se destaque por hacer reír a la gente, es más diría que soy bastante serio. Me gustan las conversaciones de temas complejos y serios. No ando contando cuentos por la vida, aunque gracias a los viajes tengo miles de anécdotas. Mis historias no son cómicas ni tengo esa naturalidad para hacer reír por la que son famosos los cordobeses.

No me gusta el fernet

Hace rato perdí la cuenta de las veces que me han criticado por esto. El fernet es una bebida originaria de Italia pero que en Córdoba se ha vuelto (por lejos) la bebida más popular. Creo que se debe tomar más fernet que agua. Después se extendió al resto del país, pero en ningún lugar del mundo se toma tanto como en Córdoba. Se lo toma «con coca». Ni Pepsi, ni otra gaseosa. Y tiene que ser de una determinada marca, el 99% de la gente acuerda en la misma marca, aunque algunos compran otra por limitaciones de presupuesto. Es todo un ritual la preparación del fernet, pero a mí no me gusta. En general no tomo alcohol y el fernet no solo es amargo sino que es fuertísimo (45%).

 

No voy al rally (ni me gustan mucho los autos)

Al margen del Dakar que ahora se corre en Argentina y otros países de Sudamérica por problemas en África, el World Rally Car (WRC) se corre en mi provincia desde hace más de 30 años. Es la categoría más importante del rally mundial y son 4 días en que la mayoría de los hombres «se escapan» de sus casas y se van a Las Sierras a ver el evento.

Hay todo un folklore alrededor del rally y es el momento del año donde más fernet se toma en el mundo. Suelen ir más de 1 millón de personas. Yo no soy fanático de los autos, nunca me interesaron mucho las carreras de autos y cuando era chico siempre estaba ocupado para ir al evento. No tengo esa costumbre y no es algo que me despierte curiosidad.

No tomo mate

Podría aplicar para todo los argentinos, pero viviendo en Buenos Aires me di cuenta que ellos asumen que cualquier persona del interior tiene que tomar mate. Lo curioso era que todos los que no eran estrictamente de la Ciudad de Buenos Aires en realidad eran de localidades más chicas que Córdoba. Pero ellos siguen viendo a la gente del interior como pueblerinos. Casi nadie en mi familia toma mate y es por eso que nunca desarrollé esa costumbre. Puedo aceptar algunos si estoy con amigos, pero no tantos porque me da mucho calor.

Dicen que no soy argentino

No «odio» a los porteños

Viví en Buenos Aires un tiempo y si bien la ciudad me parece una jungla de cemento, un quilombo como decimos en Argentina y no la recomiendo para vivir, no odio a los porteños. La histórica rivalidad con los porteños me parece una pavada. Son todos prejuicios y generalizaciones. Ambos lados se creen mejores. En Buenos Aires hay un nivel cultural y de sofisticación mucho mayor pero también sentí niveles de competitividad y egoísmo poco sanos. Hay gente buena, gente mala y todos los grises como en todos lados.

No me gusta el cuarteto

Me parece divertido, lo puedo bailar en una fiesta, pero no lo escucho. No es un género musical que me despierte interés. Sí me fascina la creatividad de algunos de sus máximos exponentes para crear letras divertidas, muchas veces con trasfondo social. Los que no son cordobeses no entienden que en Córdoba no se suele escuchar cuarteto en los bares o boliches, sólo en los bailes donde tocan las bandas en vivo. Y no todo el mundo va a los bailes.

Si quieren ver que, a pesar de que no me guste, puedo tirar algunos pasos, pueden ir al siguiente link: video.

No soy conservador en lo social

Córdoba tiene una larga historia religiosa que desarrolló raíces tan profundas que pocos se dan cuenta de la influencia que tiene la Iglesia Católica en la forma de pensar de los cordobeses hoy en día. Actualmente muy poca gente confía y sigue a la iglesia como institución, pero sus reglas siguen latentes en la mayoría de los cordobeses.

Hasta hace no muchos años casi todos los colegios privados era religiosos, la segunda universidad más grande es la que pertenece a la Iglesia Católica. Y lo que se estudia durante muchos años es muy difícil de cambiar de adulto. Esos valores están tan institucionalizados que la mayoría no los discute. Yo por suerte siempre fui a colegios laicos que fomentaban el pensamiento crítico y vengo de una familia muy racional y liberal.

Tengo cero chamuyo

Si creen que los argentinos son chamuyeros, los cordobeses son los reyes del chamuyo. No tengo bien claro por qué es así, pero en general al cordobés se le atribuye una gran capacidad de chamuyar. Mi teoría es que es un poco por el acento simpático, por la capacidad de hacer reír, por la habilidad para contar cuentos y por el hecho de que son muy exagerados con todo. Lo único que cumplo es lo de ser exagerado, así que mi chamuyo no es muy bueno.

No ando poniendo apodos por la vida (aunque claro que tengo muchos)

Todo cordobés ha tenido una infinidad de apodos a lo largo de su vida. Es raro que a uno lo llamen por su nombre. Sobre todo entre amigos. Y los apodos van mucho más allá que: flaco, gordo, negro, gringo o colo. Mucho más allá. Algunos son tan ingeniosos que si uno los escucha por primera vez no puede parar de reírse.

Yo no soy de poner apodos, suelo llamar a la gente por el diminutivo de su nombre y de a poco voy logrando que me llamen Fran, pero he tenido muchos apodos: patas largas, patas, largo, medio cuero, medio, lapicito, etc. No los voy a explicar todos pero cae de maduro que la mayoría hace referencia a mi altura y flacura.

 

Otras características que le atribuyen a los cordobeses y que sí cumplo

Tengo mucha autoestima. Hace poco nuestro presidente dijo que si tuviéramos salida al mar los cordobeses ya nos hubiéramos independizado hace rato de Argentina (que cierto que es!) y que le gustaba venir a Córdoba para contagiarse del alta autoestima de los cordobeses. Soy muy exagerado, todo es lo mejor y lo más grande o lo peor y no sirve para nada. Lo he perdido un poco, pero antes usaba mucho el «azo» o «aza» al final de las palabras para agrandarlas. Me encanta el choripan en algún puesto callejero de la ciudad, el salame de Oncativo, el chivito de Quilino y salir a comer un lomito es lo más.

 

En este caso tengo que decir que la mayoría de las etiquetas cordobesas que expuse son muy reales y se cumplen por un altísimo porcentaje de la población de mi ciudad. Pero obviamente no por todos. Son generalizaciones.

No soy menos cordobés por no cumplir con varias de ellas.

Si son cordobeses, qué opinan? Me olvidé de alguna?

Si son de otro lado, conocen a algún cordobés que cumpla con estas características?