St Martin es una isla paradisíaca en el medio del Caribe que tuvimos las suerte de visitar en nuestro último viaje familiar. Como parte del recorrido de un crucero que conseguimos súper barato, que salió de La Romana en República Dominicana, visitamos varias islas del Caribe del este. St Martin fue la última parada antes de volver al país más visitado del Caribe.
Alrededor de las 8 el barco empezó con la maniobras de amarre. Bajamos en el puerto de Phillipsburg, capital de Sint Maarten, la parte holandesa de la isla. De sólo 95 km2, esta isla también tiene su parte francesa: Saint Martin. Entre 1816 y 1948 esta frontera cambió 16 veces. Una locura.
Bajamos a tierra alrededor de las 9. Desde el momento uno, nos dimos cuenta que esta isla era distinta a las anteriores que habíamos visitado. Se la notaba mucho más desarrollada y de mayor nivel económico. Apenas bajamos del barco, nos encontramos con 2 yates muy lujosos, que tenían lanchas y helicópteros «estacionados» adentro del yate.
Caminamos unos metros y nos encontramos con un stand de la oficina de turismo de la isla, pero estaba atestado de gente y no queríamos perder tiempo. La estadía en St Martin era muy corta, a las 14:40 ya teníamos que estar de vuelta en el barco. Lo único que alcanzamos a preguntar era si se podía recorrer la isla en transporte público. Nos dijeron que en nuestro caso no convenía, porque no tienen paradas fijas establecidas y podíamos tardar demasiado.
Por esto fue que seguimos caminando y decidimos averiguar por algún tour.
Hablamos con un personaje muy simpático que vendía tours, pero resulta que el precio era muy distinto en función de la cantidad de gente en la camioneta, a pesar de que el tour era el mismo. Nosotros eramos 4, nos faltaban 6 personas para llenar la camioneta y que saliera más barato.
En el acto nos pusimos a ofrecer el tour a la gente que pasaba caminando por ahí. Rápidamente conseguimos otros 4, pero nos faltaban 2. Estuvimos unos 10-15 minutos ahí, hasta que finalmente una pareja grande decidió sumarse.
Terminamos pagando 25 usd cada uno en lugar de 40, nos ahorramos 60 usd entre los 4. Bastante para haber ayudado a vender el tour 15 minutos.
Nos subimos a la camioneta y empezó el tour. El guía nos contó que un huracán había roto el puerto, y que en una mega obra de infraestructura, agrandaron la isla, desde la montaña hasta el puerto actual, sacando arena para que puedan entrar barcos más grandes, y además crearon un área de shoppings.
Las primeras 2 paradas fueron para apreciar vistas panorámicas de la isla, siempre del lado holandés, Sint Marteen.
Un dato muy gracioso fue que el conductor que nos iba explicando la historia de la isla, al mismo tiempo, nos iba contando y mostrando cada casa que había sido construída/remodelada/vendida/comprada por algún familiar de él.
Resulta que cada 2 minutos nos contaba alguna historia de algún familiar relacionada con la industria inmobiliaria de la isla. Yo pensaba: está bien que la isla es chica, pero tampoco la pavada, para mí este tipo nos está verseando. Y él seguía y seguía. Parecía el tour de la familia constructora.
La situación era muy cómica y cada vez que empezaba con una de estas historias, nos mirábamos con la pareja estadounidense y nos reíamos pensando: acá viene otra vez… Llegó un punto en que la situación dejó de ser cómica y pasó a ser «pesada» y cansadora. No nos importaba su historia familiar relacionada con las casas y edificios de la isla, queríamos saber la historia de la isla entera y visitar lugares lindos, no sólo los de su familia.
Entre tantas historias familiares, nos contó que un huracán había devastado la industria granjera (principal fuente de ingreso de la población hace 50 años), y que pensaban que se iban a morir de hambre. Justo en ese momento se cerró Cuba y el turismo empezó a llegar masivamente en los ’60. Hoy en día, gran parte de la población vive del turismo.
En el acto, empezaron a modificar todo para prepararse para el turismo internacional, agrandaron el aeropuerto entre otras cosas.
Nuestra primera parada larga, de 15-20 minutos fue en Maho Beach, la playa mundialmente conocida porque los aviones pasan tan bajos que da la sensación de que se los puede tocar. Lamentablemente, mientras estuvimos ahí, no pasó ningún avión grande, pero sí pudimos ver varios aviones chiquitos y fue impresionante.
Mucha gente se queda en esa playa todo el día. La verdad es que la playa no es nada del otro mundo. Sí es el Caribe, pero la playa es muy corta, baja de golpe, está llena de gente, y cada 5 minutos el ruido es muy fuerte. Es súper interesante para ir un rato y ver los aviones, es algo único en el mundo, pero no es para estar todo el día.
Seguimos dando vueltas, pasamos por una cancha de golf donde se hacen algunos torneos importantes y otras de tennis, y después paramos un rato a ver los desarrollos inmobiliarios de Mullet Bay. La verdad que St Martin me pareció una isla muy top en todo momento.
El nivel de las construcciones me pareció mucho más sofisticado que las islas que habíamos visitado los días anteriores con el crucero. Había muchísimos clubes de playa, tiempos compartidos y departamentos de alquileres temporario.
Cruzamos a la zona de Francia a través de un puente y lo primero que vimos fue una zona de casas millonarias, aunque sólo se podían ver cercos y plantas. Pasamos por la zona de Baie Rouge donde también había casas increíbles. El guía nos contó que muchos hoteles se convirtieron en residencias, porque mucha gente que vino como turista se quedó a vivir en la isla, pero en lugar de comprarse una casa, vive en estos «hoteles de gente permanente».
Cada vez que nos acercábamos a la costa podíamos ver gran cantidad de barcos y yates de lujo. Seguíamos del lado francés, cuando el guía nos contó que taparon una playa con cemento para hacer un parking y un shopping al lado del cementerio y del fuerte Louis. Ahí mismo estacionamos y nos bajamos a dar una vuelta.
Era Marigot, la capital de Saint Martin, el lado francés. Paramos 45 minutos para recorrer la zona. Había un mercado de artesanías, donde mi mamá estuvo dando vueltas bastante tiempo y después yo me fui a caminar por una callecitas muy pintorescas, mientras el resto de la familia se fue a recorrer el curioso shopping que quedaba a una cuadras.
Me gustó mucho Marigot, muy lindo el estilo francés, me hizo acordar mucho a New Orleans.
Seguimos el viaje y pasamos por una zona que estaba llena de iguanas por todos lados. Lleno de iguanas, pero de las grandes, sobre todo en los árboles. Nunca había visto tantas iguanas juntas, en tan poco tiempo. Habrán sido unas 20 en 2 cuadras. El guía nos contó que comen mucho iguanas porque hay demasiadas. Que hacen sopa o que las fríen.
Había un ferry que te podía llevar hasta la isla de Anguilla o hasta la isla de St. Barths. Ambas muy lujosas, y conocidas por ser el lugar preferido para vacacionar de varios ricos y famosos a nivel mundial. Es más, Anguilla se podía ver muy claramente desde la costa y había varias barcos yendo en esa dirección.
Pasamos por una zona donde solía haber salinas. El guía nos contó que las sacaron y empezaron a construir, pero que después de un tiempo no los dejaron construir más y que quedó todo a medias.
Llegó un momento en que ya nos empezamos a cansar de este personaje que nombraba cada construcción en la que había participado su familia. El tipo era un GPS, no un guía turístico, nombraba todo los que íbamos viendo a nuestro alrededor, no priorizaba nada. Era como una intoxicación de información, mezcla de datos interesantes y relevantes, junto con otros que a nadie le importaban.
Hicimos otra parada a sacar fotos panorámicas y se veía St Barths a los lejos. El lugar de las celebrities. En realidad se veían 3 islas chiquitas a los lejos.
No sé de donde, pero mi mamá había averiguado que en St Martin había una granja de mariposas. Le preguntó al guía y el contestó que era cierto, y que había sido el sueño de un millonario loco poner un criadero de mariposas. Por eso muchas veces en la isla se ven mariposas de distintos colores.
No fuimos porque no teníamos tiempo, pero queda para alguna otra visita futura.
La siguiente parada fue en Orient Bay, del lado del Océano Atlántico de la isla. Seguíamos del lado francés. La playa es muy buena, bastante movida (logicamente porque no es el Mar Caribe, sino el océano), aunque es espectacular para hacer deportes acuáticos por el viento que normalmente hay. Es por esto que había varias personas practicando windsurf.
Al lado de la playa donde nos bajamos, había una playa nudista muy buena, con varios negocios con muchísima onda colorida y hippie. Lamentablemente no bajamos, la mayoría de los que estaban en el tour con nosotros eran viejos conservadores. Después me enteré que en realidad era un resort entero con filosofía de ropa opcional. Me pareció muy bueno, muy natural, y había varias familias. Algún día lo probaré.
Estuvimos en la playa un rato, unos 15-20 minutos, alcanzamos a meternos en el mar unos minutos, y después seguimos viaje. El tour se terminó y nos dejó en el centro de Phillipsburg, ya de vuelta en el lado holandés. Y bajamos en el medio de una feria de artesanías.
Caminamos un par de cuadras, y de repente aparecimos en unas callecitas muy pintorescas y coloridas, muy interesantes. Un par de cuadras más y terminamos en Old Street rodeado de tiendas de lujo, de primeras marcas a nivel mundial.
Seguimos caminando y de repente aparecimos en un beach walk, una rambla espectacular.
Mi hermano aprovechó que la isla es tax free para comprarse algunas cosas y volvimos al barco que estaba a sólo 15 minutos caminando desde ahí.
St Martin me encantó, mi impresión fue que está tan desarrollado que perdió un poco el encanto caribeño, pero creo que es un destino ideal para quien busca todo listo, simple y de categoría; y obviamente para quien no tiene problema en pagar bien todo lo anterior.
Entramos al barco 14:30, fuimos directo a comer algo porque ya estábamos muertos de hambre. Un rato más tarde empezó la snow party en el deck del barco y de repente había «nieve» por todos lados, siempre con el equipo de entretenimiento animando la cuestión. Después de la nieve, vino la elección de la reina del mar, porque justo ese día era San Valentín. Los chicos de entretenimiento se encargaron de que fuera un show muy divertido y la gente acompañó bailando y aplaudiendo cada intervención.
Después de una larga siesta y un baño, fuimos a ver nuestro último show al teatro. En la previa, siempre animada por los chicos de entretenimiento («il coure del barco»), terminaron actuando mi papá y mi mamá. Fue muy gracioso, mi mamá siempre haciéndose amiga de todo el mundo, por lo que los invitaron a participar.
El espectáculo fue increíble, hubo de todo; pero lo mejor fue el emotivo cierre con dos de mis canciones preferidas: «heal the world» y «we’re the world«. Mi mamá, como siempre, no paraba de llorar de la emoción.
La cena también fue un show, con el desfile de fuego de los mozos. Muy bueno!
Nos fuimos a armar las valijas, la aventura marítima se acababa y al día siguiente empezaba la aventura selvática en República Dominicana.
Morgane dice
Hola pues la verdad y asi como vos los describiste. St Martin no tiene mucho que ofrecer en términos de vida caribeña y sencillez. Siento como que todo es completamente plástico y artificial. Casas ultramodernos que me hacen pensar que en esta isla no llegan las desgracias sociales. Debe ser muy caro, para un turismo exclusivo. No iría a este destino por nada del mundo pero probablemente hayan personas que si les guste este tipo de viajes. Te saludo igual por el blog, excelente escritura y muy buena composición.
Francisco Ortiz dice
Morgane, yo tuve la misma impresión. La isla es muy linda por su naturaleza, pero la sentí demasiado desarrollada y artificial, en comparación con las que había visitado los días anteriores. En mi ranking, Antigua fue la que más me gustó por lejos. La verdad no sé si es muy cara porque sólo estuvimos unas horas, pero parece cara. Salvando las distancias, me hizo acordar a Las Vegas, es interesante visitarla alguna vez, pero no es mi destino preferido.
Saludos!
Juani dice
gracias por tu recorrido y tu información! me sirvieron de maravillas para un trabajo de la universidad!
Francisco Ortiz dice
Juani, me alegro que te haya sido útil. Citame como fuente de tu trabajo así tus compañeros lo ven y quien dice a alguno le guste el blog jaja.
Saludos y éxitos en el trabajo!