Lanzarote es la tercer isla más poblada de Las Canarias. Los 3 días previos había estado en la isla de Fuerteventura disfrutando de sus playas, y desde ahí había arreglado con una amiga de mi papá para que me alojara los siguientes 3 días en su casa en Playa Honda, al centro-este de la isla de Lanzarote.
Terminé de comer en Corralejo (el pueblo donde me alojaba en Fuerteventura) y fui directo al puerto a cruzar a Lanzarote en el ferry, pero con el auto. Había alquilado un auto por una semana, pensando explorar al máximo ambas islas. Bastante caro el ferry, no por cruzar con el auto, era caro para las personas a pie también. Duraba sólo media hora y me costó aproximadamente 50 euros (ida y vuelta).
El ferry tenía wifi, era bastante bueno para un viaje tan corto, pero se movió para todos lados en el camino. Por lo menos pude aprovechar para mandar varios mensajes.
Bajé en Lanzarote, en el pueblo de Playa Blanca, y estacioné apenas pude porque vi una oficina de turismo. Bajé del auto y fui directo a informarme, pero fundamentalmente a usar el baño. Después de que amablemente me mostraran como 4 folletos, pedí ir al baño y no tenían. Por suerte la señora me indicó que a 2 cuadras había un baño público muy limpio y hacia allá fui. Un espectáculo! Mi riñón agradecido! No es un error: tengo uno solo (larga historia jaja).
Fui hasta el auto, y mentalmente ya me había armado el recorrido para la tarde y los 2 días siguientes.
Primero fui a las Playas de Papagayo. Después de pagar 3€ para entrar a la zona protegida, manejar unos 15 minutos por una ruta de tierra con paisaje lunar, parar a sacar unas fotos, y caminar unos 200 metros, finalmente llegué a la arena.
Valió la pena! Varias playas escondidas entre acantilados, una punta partida en varios acantilados más, y el agua rompiendo contra las rocas. Me hacía acordar mucho a Hawaii por el paisaje volcánico y las playas. Había senderos para todos lados, daban ganas de explorarlos a todos con más tiempo.
De ahí me fui hasta Las Salinas (pasando nuevamente por Playa Blanca para ir a la costa oeste de la isla). Paré a sacar unas fotos y seguí. Todo el camino era de un paisaje lunar a la derecha, y la costa con las olas rompiendo en las rocas de los acantilados a la izquierda. Por suerte había varios lugares para parar al costado de la ruta y sacar fotos: paré en todos.
La siguiente parada, más larga, fue en Los Hervideros. Unas formaciones rocosas donde las olas pegan muy fuerte y se han formado agujeros y una suerte de balcones para ver mejor las olas contra las rocas.
La última parada larga fue para ver el Lago de los Clicos en el Golfo. Lamentablemente estaban arreglando algunas cosas y la foto no es tan limpia porque había unos caños cruzando el curioso lago verde. Pero la playa de arena negra definitivamente me hizo acordar a la playa de arena negra de Maui, Hawaii.
Desde ahí, como ya había oscurecido, fui directo hasta Playa Honda que era donde me iba a alojar la amiga de mi papá. En el mapa la isla parece grande, pero en realidad es mucho más chica que Fuerteventura. En unos minutos se cruza de costa a costa. Volví a la costa este.
Estacioné cerca de la casa donde me iba a alojar, y como faltaba una hora para el horario en que habíamos pactado encontrarnos, me fui a caminar por la peatonal que bordea la playa. Todas casitas blancas, sencillas, pero muy bonitas, con muchas plantas (la mayoría cactus), todas con vista a la extensa Playa Honda.
Una tranquilidad y una paz envidiable. Algún que otro restaurant, pero la mayoría eran casitas blancas. La gente caminando, haciendo ejercicio, haciendo sus cosas, viviendo en paz total (salvo por el sonido de los aviones, ya que el pueblo está al lado del aeropuerto). Cómo termina una persona viviendo en Canarias? Cuáles serán las razones por las que la gente se muda a la tranquilidad de las islas? No son todos Canarios, está lleno de extranjeros y habitantes del continente.
Paré en un bar con vista a la playa a comer una hamburguesa con papas por 3€, muy barato. Estaba muy buena, lo único que no pude tener tranquilidad. Estaba lleno de chicos jugando, y como era domingo estaban pasando un partido de fútbol con el volumen muy alto.
Una cosa de la que creo que no escribí todavía, un detalle al pasar. No entiendo porqué en España para secarse las manos en los baños que tienen secadores con aire, hay que poner las manos casi adentro de la máquina, sino no funciona. Hablo de los secadores que tiran aire para abajo, los comunes, no los modernos donde sí hay que poner las manos extendidas para abajo. Es muy raro. Hay que poner las manos abajo, pero en ningún lado es necesario poner las manos tan cerca, casi tocando el aparato. Es muy incómodo (y anti-higiénico). Y los he usado en más de 20 países, pero en España es el único lugar donde pasa esto. No se, un comentario. Les ha pasado alguna vez de notar esos pequeños detalles en algún país que han visitado?
A las 20 me encontré con Cecilia y nos quedamos charlando una hora de la vida en general, cada uno contando su historia. Me recibió muy amablemente, me mostró el funcionamiento del departamento, y se fue a trabajar (toda la noche). Yo me fui a dormir temprano, para aprovechar el día siguiente.
Me levanté temprano y fui directo al Parque Timanfaya, la principal atracción de la isla. El camino al parque nacional es un paisaje lunar, que me hizo acordar muchísimo a Big Island, Hawaii. Una ruta de asfalto que parece cortar la inmensidad de rocas volcánicas naturales y desordenadas, con montañas negras y rojas de fondo. Un paisaje muy particular que solo vi en Big Island.
Llegué al parque, pague los 9€, manejé hasta el estacionamiento y dejé auto. Cuando estaba subiendo, un empleado me indicó que tenía que ir a un bus, y por suerte había uno que salía en unos minutos. La única forma de recorrer el parque es en estos buses que tienen un audio grabado en varios idiomas que explica un poco el origen volcánico de la isla y las erupciones más importantes. Cada tanto paraba para sacar fotos, pero siempre desde arriba del colectivo.
El camino era muy angosto y el colectivo se movía de acá para allá con total seguridad. Daba un poco de miedo porque siempre estaba al borde, en cada una de las curvas, ya que el camino era de una sola vía y muy angosta. Otro detalle fue que entre el español, el inglés y el alemán del audio del tour, ponían música clásica para potenciar la apreciación de las vistas majestuosas.
Terminó el recorrido y toda la gente de quedó dando una vuelta por ahí. Había un señor que nos mostró como a 2 metros de profundidad la temperatura era de 150 grados. Puso unas hojas en un mini cráter y se prendieron fuego en el acto.
Menos mal que me había subido al bus rápido, apenas llegué al parque. Porque cuando terminamos había una cola de más de 200 personas esperando el siguiente colectivo. Es clave siempre llegar temprano a los lugares turísticos, la mayoría de la gente duerme hasta tarde y arranca el día cerca del mediodía.
Había un poco de viento, pero me hacía gracia como había gente que parecía vestida como para ir a Estocolmo (con cuellito polar y campera), y hacía 23 grados, como se nota que no están acostumbrados al frío en serio.
El camino hasta la salida fue medio peligroso, pero no por las rocas volcánicas alrededor o por el angosto camino, sino porque tuve el estornudo más largo de mi vida: 12 veces! 12! Yo normalmente estornudo 3 veces, 12 es una locura. Cuál fue el estornudo más largo que tuvieron?
Finalmente llegué a Teguise, el pueblo que me habían dicho que tenía que visitar si quería ver el típico pueblo canario de casas blancas y calles empedradas, y así fue. Muy pintoresco, muy bien conservado. Me hizo acordar muchísimo a Old Town San Diego, pero en este caso era todo el pueblo y no solo una zona de una ciudad.
Casas blancas con aberturas de madera que a veces estaban pintadas de verde. Es un pueblo con poca gente estable, pero bastante turismo de paso. Paré a comer una pizza en un lugarcito que encontré caminando.
Salí del restaurant y había perdido la noción de la ubicación del auto, no tenía ni idea donde lo había estacionado. Caminé bastante hasta que vi la iglesia y recordé que lo había dejado cerca. Caminé todo por los alrededores y finalmente (después de unos 15 minutos perdido) terminé en la calle en la que lo había dejado. Por suerte el pueblo no era tan grande.
Seguí en dirección norte y pasé por el Valle del Mal Paso, que me resultó un camino muy interesante para recorrer manejando. Una curiosidad es que toda la isla de Lanzarote estaba llena de ciclistas profesionales entrenando, llena. A cada rato me cruzaba con estos personajes, y tenía de disminuir la velocidad y no pasarles cerca. Eran todos profesionales, pero un auto los puede dejar mal parados.
Di unas vueltas por el pueblo de Haria, y de ahí fui siguiendo los carteles hasta el Mirador del Río, casi en la punta norte de la isla. Es una construcción, aprovechando la naturaleza, que consta de un bar con un ventanal con una vista increíble de la Isla de La Graciosa.
Arriba del bar hay un mirador donde la vista es excelente!
Después de esa vista espectacular de la isla (que después de verla desde el mirador me quedé con ganas de explorar), volví al auto y manejé hasta la Cueva de los Verdes y los Jameos del Agua. El camino, ya llegando a esas atracciones es increíble! Rocas verdes a los lados, la ruta es de un solo carril, y cada unos 100 metros tiene unos círculos donde pueden pasar 2 autos, por lo que hay que ser cuidadoso al manejar y dejar pasar a los del frente a veces.
La Cueva de los Verdes es un lava tube gigante, mucho más grande que el que visitamos en Big Island. Con una altura de 2 o 3 pisos. El tubo entero tiene 7 km y termina en el mar (el último km es submarino), pero el espacio habilitado para los turistas es solo 1 km. El tubo se formó hace 5000 años.
El tour es guiado, y el guía que nos tocó tenía menos emoción que un partido de bochas. Repetía en español e inglés, siempre como un robot, cero pasión.
Se llama la Cueva de los Verdes por la familia que era la dueña de la zona, su apellido era «Verde». El nombre no tiene nada que ver con el color de la cueva. En la cueva hay depósitos minerales de color blanco, amarillo y rojizo, pero no verde.
Después de agacharnos varias veces para poder pasar por el túnel, y de ver las estalactitas colgando, finalmente llegamos al auditorio. Una sala de conciertos adentro de un túnel de lava, una locura! Parece que la acústica es muy buena, y hay varios conciertos al año. Las fotos se la debo porque con el celular no salen muy bien las fotos sin luz natural. Además ya puse demasiadas fotos en este artículo, no sé por qué tantas.
En el pasado, las cuevas sirvieron como lugar de escondite para los locales, frente a las invasiones de piratas. La cueva tiene un secreto, pero no quieren que se difunda para que no pierda la gracia. Es interesante, y está bien armada esa parte del tour. No lo googleen, esperen a ir. No hagan trampa les dije.
Lo mejor si planean visitar todas las atracciones de la isla de Lanzarote, es pagar un pase que incluya todos los lugares a los que tienen pensado ir, es lo mejor para ahorrar un poco. Yo no lo hice, y tampoco fue el fin del mundo, solo pagué 5,5 euros de más por hacer 4 atracciones separadas.
Terminé el recorrido del día en los Jameos del Agua.
Es muy interesante como César Manrique (arquitecto de todos los lugares importantes de la isla) fusiona la naturaleza con sus diseños y logra espacios muy acogedores. Jameos del Agua es una cueva volcánica donde hay una pileta con una variedad de cangrejos única en el mundo, un gran auditorio y sala de conciertos, varios bares, una pileta, y varios espacios más. No me volvió loco, mi apreciación es sumamente subjetiva (como todas las demás) e influyen cientos de variables, pero la verdad es que a mí no me deslumbró. Algunas fotos están buenas, pero en vivo no me pareció tan interesante como me lo vendían. Puede ser que me hayan vendido mucho humo antes y no se cumplieron las expectativas altas que había generado, no sé, no me pareció gran cosa. Me gustó más la Cueva de los Verdes.
Finalicé mi recorrido del día y volví a Playa Honda.
Salimos a cenar con Cecilia y su hermana a un restaurant con vista al mar muy lindo, donde probé varias entradas típicas canarias. Mucho pescado, muchos bichos, todo muy natural, y sobre todo muy rico.
Al día siguiente fui a caminar a Puerto del Carmen por la mañana. Sin dudas, el pueblo turístico de Lanzarote. Hoteles, y mucho más movimiento que mi querido Playa Honda. Caminé un poco por la playa y me encontré con algunos «fuertes» de rocas para practicar nudismo, pero a diferencia de Fuerteventura, estaban todos vacíos.
Y después seguí con el auto por la Avenida de las Playas y ahí encontré la parte comercial. Negocios para turistas de ambos lados por unos 500 metros más o menos. Y después vista al mar de un lado, pero seguían los negocios del otro. Toda la costa llena de negocios. Fue lo más turístico y comercial que vi en las 2 islas. Lleno de negocios de souvenirs playeros, lleno.
Hasta ese momento me estaba llevando la impresión de que no había nada en Lanzarote más que naturaleza, pero fui a Puerto del Carmen y paseando por la Avenida de las Playas me di cuenta que estaba «explotado» como casi cualquier otra parte de Europa.
Cerca del mediodía, emprendí camino hacia Charco del Palo, el único pueblo oficialmente naturista de España. De casualidad me lo habían mencionado la noche anterior en la cena y la verdad es que me despertaba mucha curiosidad. Los tabúes habían desaparecido unos días atrás en Fuerteventura, así que ya no había problemas con andar en pelotas.
El día que visité un Pueblo Nudista
Después de estar unas horas en Charco de Palo, crucé a la costa oeste para ir a la zona de Caleta de Fumara, la ultima que me quedaba por ver. Y fue ahí donde encontré a los jóvenes. Hasta ahora había visto toda gente grande, pero fue acá (será por el surf?) que vi grandes cantidades de jóvenes.
La playa no me pareció para nada buena, lo único bonito eran las montañas que tenía atrás. Pero estaba llena de piedras y el arena era oscura y toda compacta, no finita. Compré algo para comer en un supermercado y me fui a caminar un rato por la playa. Tenía pensado ver el atardecer ahí, pero me cansé de esperar bajar el sol, y el lugar no me enamoró, así que volví a Playa Honda. Estaba cansado, no iba a esperar el atardecer en ese lugar, y menos viendo que el sol no iba a caer en el horizonte de la playa. Volví al departamento y armé la mochila.
Cecilia (la amiga de mi papá) y su hermana me invitaron a comer y me agasajaron con la mejor comida que tuve en todo el viaje. Un festival de comida: langostinos (gambas para los españoles), mejillones, ensalada de camarones, palta, palmito y lechuga, papas arrugadas, nueces, miel, una delicia!
La pasamos bárbaro con ellas y su madre, charlando de todo un poco, de la vida en general. Lejos la mejor cena que tuve en 2 meses de viaje. No sólo por la exquisita comida, sino también por la calidez de la compañía.
Al día siguiente me levanté muy temprano y fui manejando al puerto para tomar el ferry y volver a Fuerteventura. Como no me dejaron devolver el auto en Lanzarote, tuve que volver a Fuerteventura y tomar el vuelo desde allí para Madrid.
Crucé con el ferry y me sobraba tiempo. Desayuné en Corralejo, imprimí el boarding pass en un locutorio y cuando fui a buscar el auto que había dejado estacionado en la calle, me lo habían encerrado dejando solo 20 cm de cada lado. Era imposible sacarlo!
Pregunté en todos los negocios cercanos si alguien conocía los dueños de los dos autos que me habían encerrado, y nada. Para mí no había forma de sacarlo. Pero un español me ayudó con las maniobras y después de 7 toques (4 atrás y 3 adelante), el auto salió y pude manejar tranquilo por las dunas de Fuerteventura hasta el aeropuerto.
Tomé el vuelo y finalmente volví a Madrid.
A mi entender el Parque Timanfaya y sus paisajes lunares, el Mirador del Río en la punta de la isla, y la visita a algún pueblo típico canario con sus casitas blancas y calles empedradas, son las atracciones más destacadas de Lanzarote. Los Hervideros es interesante y el Lago del Golfo también (aunque en mi visita estaba en reparación). Alguna cosa que haya pasado por alto en mi visita a la isla?
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