Hace unos días, en un ratito libre en el trabajo, estaba leyendo un artículo de la sección de viajes (para variar), y me encontré con que La Cumbrecita es uno de los 10 lugares «carfree» más lindos del mundo. Yo no podía creer que habiendo vivido casi toda mi vida a sólo 120 km de este mágico pueblo peatonal, no lo hubiera visitado nunca. En realidad había ido una vez, pero cuando era chiquito y no recuerdo nada.
Por eso es que me propuse visitar La Cumbrecita en mi próximo viaje a Córdoba. Llegó semana santa = finde largo = me voy a Córdoba, a mi casa; y aproveché el primer día, el jueves santo, para ir a este maravilloso pueblo.
Llegué desde Buenos Aires a las 7:30, en el colectivo que suelo tomar cada vez que vuelvo a Córdoba, y me fui directo a mi casa a bañarme y a buscar el auto. A las 9 ya estaba en camino saliendo para la ruta provincial 5, camino a Alta Gracia.
Autopista en perfectas condiciones. Seguimos derecho luego de pasar la rotonda de Alta Gracia, en dirección a Villa General Belgrano. Empiezan las curvas a medida que nos adentramos en las Sierras de Córdoba. La autopista se vuele una ruta y empezamos a subir. De repente empezamos a bordear el Embalse Los Molinos, muy lindas vistas.
El camino es muy lindo, un poco sinuoso, pero nada del otro mundo. El único problema son los camiones que atrasan a todos los autos, y como en ese tramo hay un sólo carril para cada dirección y muchas curvas, uno se puede quedar atascado atrás de un camión por varios kilómetros. Por suerte ahora hay lugares donde se abren dos carriles para pasar y evitar esta situación.
En el camino me di cuenta que no tenía nada de dinero en efectivo, y como no sabía si iban a aceptar tarjeta en La Cumbrecita, fuimos hasta Villa General Belgrano, donde estábamos seguros que íbamos a encontrar un cajero. Sacamos plata, dimos una vuelta rápida en el auto (Villa General Belgrano es un pueblo muy lindo, bien alemán, todo de madera; pero vamos bastante seguido), y encaramos para La Cumbrecita. La ruta siguió siendo espectacular, muy bien cuidada, toda asfaltada; y la vista cada vez mejor.
Llegando al final de la ruta (que termina en el pueblo) nos recibieron unas personas de la oficina de turismo de La Cumbrecita y nos dieron información general del lugar. A unos metros está el estacionamiento donde se debe dejar el auto ($65 todo el día). Recordemos que es un pueblo peatonal, no se permiten autos, a excepción de la gente que vive ahí y las personas que están alojadas en el pueblo. Todo está muy bien organizado. Nos indicaron donde estacionar, bajamos y un colectivo del pueblo nos llevó hasta la entrada.
Apenas bajamos, un aluvión de personas se nos acercaron para ofrecernos las distintas opciones de restaurants y chocolaterías. Me hizo acordar un poco a cuando uno llega a un aeropuerto y lo vuelven loco los taxistas, como me pasó en Cancún y en Colombia. Aunque la gran diferencia fue que en La Cumbrecita todos fueron muy educados, organizados y hablaron tranquilos, uno por vez.
Seguimos caminando, cruzamos el puentecito y entramos al pueblo en sí. La Cumbrecita es un pueblo nuevo (menos de 100 años), fundado por inmigrantes alemanes que le imprimieron ese característico estilo centroeuropeo.
Pero no se dejen engañar por esas casas que parecen del siglo XV. La Cumbrecita es un pueblo que respeta la naturaleza y el medioambiente fantástico en el que se encuentra, no tiene cajeros automáticos, ni bancos, ni estaciones de servicio, pero que tiene WIFI gratis en casi todo el pueblo, muchos lugares donde aceptan tarjeta y hasta un app del pueblo. Su sitio web es muy bueno y ofrece información muy útil.
Nota: la app al parecer está increíble, tiene hasta funciones con realidad aumentada, notificaciones por geolocalización con descripciones de lugares y mucho más. Recién me entero que existe, así que voy a tener que volver a La Cumbrecita para recorrerla de modo tecnológico con la aplicación abierta y teléfono en mano.
Caminamos por ahí, dimos una vuelta, recorrimos un poco el pueblo. Yo estaba fascinado por el estilo de las construcciones y por como todo estaba perfectamente organizado, muy limpio, todo señalizado.
Después de dar un par de vueltas, fuimos hasta la cascada.
El camino es espectacular, me hizo acordar mucho a Hawaii. Sendero por el medio de naturaleza exuberante, bosques, árboles gigantes, arroyos; todo para que de repente entre lo verde, surja una cascada increíble.
En el medio del camino nos encontramos con la famosa capilla que forma parte del logo que identifica al pueblo.
Otra cosa que me sorprendió a lo largo del sendero y en varias partes del pueblo fueron las flores silvestres que crecieron al costado de los caminos y senderos y otras flores no tan silvestres.
Llegamos a la cascada y me quedé ahí un rato, contemplando la caída del agua en silencio.
Fui avanzando por la piedras hasta abajo y me senté un rato a observar el agua correr entre las piedras, muy bueno.
Después de un rato ahí, fundamentalmente porque me estaba muriendo de hambre, fuimos hasta la entrada al pueblo para buscar a los que nos habían llenado de folletos a la mañana. En el camino analizamos los folletos y nos decidimos por un lugar, no teníamos ganas de escuchar a todos de vuelta.
Apenas cruzamos el puentecito, fuimos directo a la camioneta 4×4 que nos llevó hasta el restaurant en la cima de la montaña. Comimos muy bien y con una vista espectacular del pueblo. Muy recomendable!
Volvimos en la 4×4 hasta la entrada del pueblo, dimos unas vueltas más, sacamos algunas fotos, probamos más chocolates, compramos chocolates, y finalmente iniciamos nuestra vuelta a casa, a Córdoba.
Seguramente volveré pronto en algún fin de semana largo que vuelva a Córdoba. La Cumbrecita me encantó!! Me sorprendió su organización, su cuidado por la naturaleza, su arquitectura y su amplia oferta para los turistas y viajeros.
Es un lugar ideal para retirarse, para jubilarse. Paz, tranquilidad, naturaleza y gente nueva para aplacar mi curiosidad y ganas de conocer diferentes culturas.
La Cumbrecita: nos vemos pronto!
Si necesitan seguro de viaje, les recomiendo IATI que es el que me pareció más serio y confiable de los que he tenido hasta ahora. Además les doy un descuento en este link:
Y para reservar alojamiento en La Cumbrecita o cualquier otro lado, les recomiendo Booking o Airbnb (crédito de regalo).
Algunos de los enlaces en este artículo incluyen enlaces de afiliados. Esto significa que si compras o reservas siguiendo estos enlaces no tendrás ningún costo extra y yo recibiré una comisión que me ayuda a seguir compartiendo mis experiencias para que más gente se anime a salir de su zona de confort y hacer lo que le gusta.
Nunca recomiendo un producto/servicio únicamente basado en su comisión.
Gabriela dice
Sabes me ha repugnado tanto como redactaste tu recorrido por La Cumbrecita. Me parece totalmente innecesario, creo que escribiste esto para alimentar tu ego que lo tenés por las nubes… No hace falta contar que te fuiste a tantos lugares, con que lo sepas vos alcanza. Beso grande pa desde Córdoba 😋
Francisco Ortiz dice
Gaby, si supieras como funciona un blog de viajes, entenderías por qué pongo links a otros artículos. Es un blog que empezó siendo exclusivamente de viajes, cuento mis viajes y doy algunos consejos.
Saludos desde Córdoba.
Dolores dice
Hola!!!! Se que paso mucho tiempo desde este post, pero quisiera saber si te acordas el nombre del restaurante y preguntarte si la 4×4 para llegar allí, y el micro que te lleva al pueblo tienen algún costo. Me podes recomendar algo más? Mil gracias! Muy interesante tu relato
Francisco Ortiz dice
Uhh ni idea el nombre del restaurant. No tiene costo hasta donde yo sé pero muchas veces se puede ir en auto hasta la entrada y se paga un estacionamiento. Ir a la cascada es lo mejor y en general explorar el pueblo y los alrededors caminando.