Soltar es un proceso en el que estamos siempre aunque sea de manera inconsciente. Siempre estamos soltando, siempre es necesario soltar. De alguna u otra manera necesitamos soltar y dejar ir para poder seguir, para poder crecer, para poder ser mejores.
Unos días atrás mi gran amigo Luchito me invitó a participar de una dinámica muy interesante. Él los llama textos colaborativos y lo más curioso fue que en realidad lo que hicimos fue una transmisión en vivo por Instagram donde compartí pantalla con él y con Agos. Durante 1 hora conversamos con toda la gente que se sumó sobre lo primero que se nos venía a la cabeza cuando escuchábamos la palabra «soltar».
De alguna manera fuimos reflexionando juntos, al estilo de terapia grupal, cada uno aportando su granito de arena. Lucho escribió un post para plasmar todo lo que fue esa experiencia y Agos creó este dibujo, entre otros.
Este artículo es mi intento de dejar sentado todo lo que se vivió en esa hora y por qué no, tratar de sumar algunas cosas más.
Lucho no es un blogger de viaje más para mí. No nos conocimos online ni por nada relacionado con lo que hacemos ahora. Nuestras historias son similares y se cruzaron mucho antes que toda esta locura de ser nómadas digitales y viajar y trabajar online.
Cuando me mudé a Buenos Aires después de terminar la facultad en el 2013, empecé a trabajar como consultor de marketing en una empresa enorme que se llama EY. Eran dos edificios de más de 10 pisos en pleno microcentro porteño. Yo trabajaba en el piso 12 de uno de ellos y entre las 25 personas que trabajaban en ese piso había un ingeniero en informática muy curioso y con sueños parecidos a los míos que se llamaba Luciano.
A ambos nos iba muy bien pero de alguna manera nos asfixiaba la estructura burocrática y la previsibilidad del camino en el que estábamos.
Queríamos más.
Y por eso ambos decidimos soltar.
Soltar era respetarnos, era ponernos en primer lugar. Dejar atrás lo que la sociedad decía que teníamos que hacer para buscar lo que nos gustaba hacer. Para explorar. Para descubrir qué había más allá de lo que conocíamos.
Lucho soltó la rutina unos meses antes que yo y si bien tomamos caminos diferentes y no nos hemos cruzado nunca en estos 5 años que han pasado, las experiencias y sobre todo los aprendizajes que hemos tenido han sido similares.
Yo no tenía muy claro lo que quería pero sí había aprendido lo que no quería. En general se podría decir que buscaba más libertad y para eso necesitaba soltar.
Desde mi punto de vista la mejor manera de descubrir lo que uno quiere, lo que a uno le gusta es explorando, probando, testeando, experimentando. Así que decidí soltar la rutina y todas mis cosas para poder dejar fluir, para aprender a no tener el control de todo.
Necesitaba limpiar, ordenar, «desintoxicar» mi cabeza. Por que soltar las rutina y las cosas es la parte más «fácil». Soltar lo de adentro es lo más importante.
La culpa, los prejuicios, las relaciones tóxicas, los pensamientos son mucho más difíciles de soltar.
Un ejemplo de esto fue cuando solté la idea de que mi casa era donde había crecido y donde viven mis padres. Ahora mi casa es donde sea que esté con quien quiero estar. Se trata de algo mucho más profundo y a la vez liberador. No está atado a una pila de ladrillos, está atado a las personas con las que quiero pasar el tiempo. Es un concepto dinámico y pueden leer más acá.
Si bien considero que siempre estamos soltando, para mí dejar Buenos Aires fue como terminar para volver a empezar. Tenía miedo por que no sabía lo que venía pero más miedo tenía a arrepentirme de no haber intentado hacer algo diferente. Tenía miedo a tener 90 años y quedarme con las dudas de qué hubiera pasado si me hubiera animado.
Es imposible no tener miedos, hay que aprender a convivir con ellos. Aprender a convivir con la incertidumbre. Sobre todo cuando se suelta tanto de golpe como fue mi caso.
Solté una mochila pesada y confié en mi intuición, confié en mis habilidades, confié en mi mismo. No sabía lo que iba a hacer pero sabía que había tantas opciones y oportunidades que alguna iba a terminar saliendo bien.
De todas maneras al inicio me enfoqué en viajar y nada más. Tenía ahorros así que al principio solo dejaba fluir, conocía gente nueva, escuchaba sus historias, me sumergía en culturas completamente diferentes para entender su forma de vida y de todo trataba de sacar un aprendizaje.
Era como respirar aire puro todos los días. Estar expuesto a todas esas historias hizo que me diera cuenta que había mucho más alternativas de las que yo conocía y que estaba lleno de personas haciendo cosas que yo nunca ni siquiera había escuchado. Las oportunidades estaban en todos lados y eso me dio mucha tranquilidad porque me di cuenta que dependía de mí.
Estos encuentros me dieron muchísima perspectiva y me di cuenta que era un gran afortunado y que a pesar de que la mayoría creía que estaba perdido porque había soltado «todo», yo estaba mucho mejor de lo que el resto y yo mismo pensaba.
De alguna manera, a mis 26 años había llegado a un punto de conocimientos, experiencias y contactos que me permitían sobrevivir en cualquier lado. Siempre iba a tener un lugar donde dormir y algo que comer. Simplemente tenía que ser flexible y de alguna manera me la podía rebuscar.
Eso me dio muchísima tranquilidad, esa perspectiva me ayudó a darme cuenta que era hora de enfocarme en descubrir lo que me gustaba. Mis necesidades más básicas iban a estar cubiertas y a partir de ahí lo importante era hacer lo que me hacía feliz.
Ese proceso de autoconocimiento, que nunca termina, es lo más importante a la hora de soltar. Saber quiénes somos y qué queremos es la única manera de aprender a soltar bien. En realidad es lo más importante para todo.
Algunas preguntas importantes para empezar y mis respuestas
De alguna manera, paso a paso, fui alineando cada vez lo que pensaba con lo que hacía. Esa coherencia hizo que pudiera ser mucho más transparente y comenzara a compartir con más gente mi proceso.
En mi afán de siempre seguir superándome, empecé a buscar información sobre lo que estaba pasando y no me acuerdo muy bien como terminé descubriendo el minimalismo como filosofía de vida.
La mayoría de la gente escucha la palabra minimalismo y piensa en un estilo arquitectónico pero hay mucho, mucho más que eso detrás de este concepto. Investigando más, encontré gente que había pasado por un proceso de soltar parecido al mío y que lo compartía de manera ordenada y simple.
Yo decidí meterme de lleno en este movimiento que en pocas palabras trata de que la gente elimine los excesos de su vida para poder enfocarse en lo verdaderamente importante. En este post cuento mi experiencia con el minimalismo.
En una palabra: soltar.
Soltar y dejar ir de manera efectiva, eficaz y eficiente.
El apego a algo o alguien no está mal. Lo importante es que ese apego sea consiente y que nos agregue algún tipo de valor.
Al ser consciente no es una dependencia de esa cosa o persona, es una decisión que hemos tomando porque nos suma de alguna manera. Soltar lo que resta y apegarse a lo que suma.
Aferrarse a algo que no suma no tiene sentido, no se puede vivir en el pasado. Hay que seguir y buscar lo que nos hace feliz.
En este video lo explico un poco mejor.
En mi canal de YouTube tengo varios videos sobre el tema para los que quieran profundizar. Uno de los mejores y mas concisos es una entrevista que me hicieron uno chicos de una universidad argentina.
Se trata de aprender a soltar, aprender a dejar ir. Por que a veces es mejor dejar ir, a veces es necesario para poder estar más livianos y seguir creciendo y evolucionando. No se busca un resultado final, es un proceso, es un camino. Un camino de ida.
Cada uno tiene tiempos distintos, cada uno tiene objetivos distintos. Pero el efecto positivo de aprender a soltar es indiscutible.
Hay que soltar lo antes posible, el tiempo es limitado. Si no se puede solo, hay que buscar ayuda o inspiración.
No hay un momento perfecto para soltar, el momento es ahora, hay que arriesgarse.
«Salta al precipicio y construye tus alas en el camino» dicen.
Aprender a ser más flexible, entender que hay más verdades que las que conocemos, darle menos importancia a lo que otros piensan de nosotros y más a nuestra intuición son pasos clave para soltar y dejar ir.
Y soltar no es otra cosa que ganar libertad y poder ir en busca de más felicidad.
¿Qué opinan? ¿Hay algo que les cueste soltar y que saben que no les suma? ¿Conocían el minimalismo?
Si no se animan a dejar un comentario, me pueden escribir un mensaje por Instagram o Facebook.
Bea dice
Soltar y dejar ir para poder seguir y crecer Me encanato Gracias!!! comparto tu mirada y tus darte cuenta y el enfrentar tus miedos. Celebro que hayas soltado que hayas experimentado, que elijas y vivas tu presente. Sabes no hay edad paara eso (siempre que cuerpo y mente lo permitan) se puede girar el timón y tomar un nuevo rumbo claro está que es toda una aventura. Desapendiendo para poder aprender tomando desafios aún con miedos, descubriendo cosas nuevas con el asombro de un niño y mucho amor propio de ese que da valor y eleva la autoestima. Gracias Gracias Gracias Bea